y el mañana que algún día vendrá
se antoja lejano, de lejos, muy lejos, muy lejos…
Dame un día para verte y no quererte,
dame dos cafés sin sal para dejarte marchar;
dame un beso de postre y tu código postal.
Solo quiero no quererte
solo siento el no sentirte.
Dame cal y arena para llorarte en un silencio vacio de cualquier casualidad.
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